martes, 13 de diciembre de 2011

Creo que esta es la primera vez que voy a desahogarme en el blog, pero si no lo hago, me muero.
¿Hasta qué punto hemos llegado?. Vale, soy una personasúper cariñosa, que necesita muchísimo a los demás, y tal vez necesito que me digan muchísimas veces te quiero.
Pero...¿por qué mierda me tienen que importar tanto los demás?, ¿por qué tengo que hundirme por el simple hecho de que alguien haya estado menos simpático de lo normal?; y menos, cuando probablemente a esa persona o a esas personas les importa poco como estén mis estados de ánimo.

Porque la mayoría de las veces te paras a pensar y dices:
Quiero un coche de los últimos, una mansión en los Ángeles, el novio más rico y guapo de todos, que venga a recogerme cuando acaben las clases y me de un beso increíble.

¿Y sabéis que contestaría yo ahora mismo a eso?:
Lo que quiero en esta vida es conservar los pocos (verdaderos) amigos que tengo, que a mi familia no le falte salud, y que a las personas que verdaderamente valoro les vaya todo genial.
¿De qué sirve un gran coche si no tienes con quién irte de fiesta, o a quién enseñárselo?, ¿de qué sirve una gran casa si no tienes con quién llenarla?, ¿con quién compartirías las habitaciones?

cuánto más tienes, más quieres, y te olvidas de lo importantes que son los pequeños detalles, esos que no necesitas dinero para comprarlos, esos como una sonrisa o un abrazo.

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