domingo, 15 de enero de 2012

La forma en que se peina y mira hacia el suelo cuando anda por la calle. El pensar que nadie le ve pero que todo    el mundo le mira. La forma en que te regala una sonrisa cuando se le escapan las inseguridades. Como aprieta los puños con fuerza cuando se enfada y la forma en que arruga la nariz cuando no sabe que esta pasado. Y esa manera que tiene de caminar, no se como lo hace pero consigue hipnotizarme con cada paso que da. Que nadie ha conseguido enfadarle aún, y probablemente nadie lo hará. Porque cuando deja de lado todo aquello que no se sabe valorar, es puro fuego. Dinamita. Estalla. Viene y se va. Tan rápido como una estrella fugaz. Pasa por delante de tus ojos, crees que puedes enfadarle y de pronto, desaparece. Tan perfecto como una noche de luna llena. Tan bueno como una noche de fiesta, tan malo como la mañana siguiente teniendo que madrugar.

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