sábado, 20 de octubre de 2012


Antes de olvidarme de todo tendré que visitar de nuevo los lugares donde nos quisimos, a ver si soy capaz de despedirme de mi. Quizá en un pequeño arrebato intente apurar lo poco que quedo en esas botellas que dejamos dormidas en la mesa de aquel bar, antes de que mayo nos dijera nunca, antes de la estupidez de continuar juntos por el temor a vernos solos. Te recuerdo como una alegría propia pero como un desierto ajeno. Y no me extraña echarnos de menos. Pero no bastó con lo que pasó. Nuestros temores vinieron a decomisarnos las certezas, a llenarnos de sábanas limpias y malentendidos. No bastó con hacer el boca a boca a nuestro pasado, no pudimos volver a ser los de las fotos. Fue por eso que un día nos explotó en la cara la palabra adiós...
... me marcho. Me marcho de mi, me voy a ser otra.

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