viernes, 23 de septiembre de 2011

Recuerdo que estuvimos sentados frente al mar. Recuerdo como me cogías de la mano, incluso la sonrisa que ponías cuando te hacía reír, pero no querías reconocerlo. Recuerdo el tacto de tus dedos, recuerdo como me dijiste adiós. No recuerdo tu cara en ese momento, porque las lágrimas empañaron mis ojos. No sé si a ti te dio igual o no, si me utilizaste, si alguna vez me quisiste. Me dijiste que me llamarías, que vendrías a verme, que el amor no tiene fronteras, que todo sería igual. Montaste castillos en el aire que sigo sin querer derrumbar. Trato de olvidarte, pero eso es como volver a recordarte. Sí, te olvido todas las horas del día, y lloro por lo estúpida que soy. No por ti, por mi, por seguir esperándote. Mientras, tu nombre seguirá grabado a tinta en mi piel. 

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